22 mar 2010

EN BURZACO, YUPANQUI DEJO DE SER EL MEJOR DE LA “D”

San Martín bajó al Trapero de la cima del torneo, y ahora es firme candidato al ascenso. F.C Urquiza aprovechó el resultado y se trepó a la punta.
Fue una verdadera lección de actitud. Fue también, una evidencia de que los “momentos” de cada equipo pueden pesar más que las posiciones en la tabla. San Martín de Burzaco no necesitó deslumbrar para superar 2 a 0 a Yupanqui y quitarle el puesto de vanguardia en la más chica de las categorías. F.C. Urquiza hizo bien su trabajo frente a Centro Español, acusó recibo de la oportunidad que tuvo y tomó el control de la cima del campeonato.
La tarde en el sur bonaerense comenzó siendo una fiesta. No era para menos: San Martín acumulaba tres victorias consecutivas y cultivando el bajo perfil, se fue poniendo cómodo en los lugares de arriba. Ahora tenía la chance de bajar de un hondazo al líder. Yupanqui, por el contrario, arrastraba tres encuentros sin poder vencer.
La visita arrancó mejor los primeros diez minutos, con mayor posesión de balón y mejor llegada, pero lejos estuvo de inquietar el arco de Ferlauto. Más tarde, el eje combate-creación del mediocampo local (Rodríguez-Fiorentino-Ortega, con el aporte de Ibáñez), comenzó a resultar más efectivo, y las aproximaciones a la valla rival cambiaron de lado. Promediando esta primera etapa, Lucas Tiedemann conectó un buen cabezazo tras un corner y puso el 1 a 0.
Ya durante la segunda parte, la defensa local pasó a ser el centro de las exigencias, teniendo en cuenta que el Trapero salió obligado a buscar la igualdad. Solidez: Yupanqui dispuso de muy pocas situaciones de conversión claras, porque San Martín tampoco lo permitió. Otra vez, hacia la mitad de la segunda etapa, el Azul generó una jugada nítida de gol y la usufructuó. En una salida de contraataque, Diego Leguiza quedó cara a cara con Santillán y definió muy bien para aumentar la ventaja, que liberó en la hinchada y en los protagonistas locales ciertas tensiones naturales en un partido de este calibre. Lógico, el 2 a 0 ya se constituía como un resultado imposible de rebatir.

LA HORA DEL ASCENSO

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